El año de inicio del telégrafo eléctrico en España es 1855. En abril se promulga la ley de la red telegráfica, se crea el Cuerpo de Telégrafos yen octubre se establece la comunicación de Madrid con Bilbao a través de la primera línea instalada (Madrid-Irún), que buscaba salir a Francia del modo más directo

Las primeras sedes


La comunicación de Madrid con Barcelona no llegaría hasta finales de 1957, si bien en 1956 se prueba con éxito la línea que une Barcelona con La Jonquera, y se da la circunstancia de que los primeros mensajes telegráficos entre ambas capitales fueron a través de esta línea y la de Madrid-Irún, enlazando ambas por Francia

La primera ubicación de la estación telegráfica en Barcelona fue en el edificio del Peso Real en la calle Frente Aduana (hoy Marqués de l’Argentera), junto a la actual Subdelegación del Gobierno (antes Gobierno Civil) y en 1858 estaba servida por un director, un subdirector, un jefe de estación, trece telegrafistas, un conserje y seis ordenanzas; diez años más tarde tenía asignados más de cuarenta empleados destinados al servicio de los aparatos.

 

Hasta allí llegaban las cuatro líneas físicas que componían la comunicación Madrid-Barcelona habiendo hecho escala en Zaragoza, Lérida y Tarragona y que, ya en Barcelona, pasaban sin disimulo por la Muralla de Mar como puede verse en la figura 2.

En 1869 se produce el primer traslado “...a la casa que ocupaban las oficinas de Correos en la plaza del Teatro esquina con la Rambla de Santa Mónica. A pesar de la localización central, las instalaciones eran reducidas, ya que se limitaban a un entresuelo situado en el número 3 de la citada plaza del Teatro”.


Para llevar allí las líneas, desde la Muralla de Mar de la Puerta de la Paz, hubieron de ser cortadas ramas de árboles de las Ramblas, acerca de lo que el Ayuntamiento hizo una severa admonición a Telégrafos.

 

 

En este nuevo emplazamiento permaneció Telégrafos unos ocho años, ya que en un escrito de mayo de 1877, recogido por Horacio Capel, en el que el Subdirector de Telégrafos se dirige al Ayuntamiento de Barcelona con el fin de solicitar permiso para el soterramiento de las líneas,
menciona el inminente traslado, por razón de espacio, desde la plaza del Teatro a la de San Sebastián

 

 

 

 

 

Plaza de San Sebastián

La actual plaza de Antonio López fue hasta 1883 la plaza de San Sebastián, llamada así por el convento delmismo nombre construido allí en el siglo XVIII (fig.5).
Afectado por la desamortización en 1836, el convento fue adquirido por la Junta de Comerç de Catalunya para establecer en él un centro de enseñanza. Aquí debió instalarse Telégrafos en 1877, ya que a partir de esa fecha en la prensa consta como dirección tanto la propia plaza de San Sebastián como, para negociados, calle de Isabel II, número 1.

Ambas, pues, en el mismo edificio, ya desaparecido, al lado de la Lonja, aunque separado de ella por la calle Capmany.

 

Plaza de Urquinaona

La plaza de Urquinaona guarda cierto paralelismo con la de Antonio López. Hasta 1883 se llamaba plaza Nueva de las Junqueras y este nombre se debía a su vez a un convento, al de Santa Maria de Jonqueres, o Junqueras, desamortizado igual que otros muchos de la ciudad y cuyo espacio principal ocupa hoy La Caixa.

El hecho de que muriesen en el mismo año 1883 dos prohombres de Barcelona como eran el naviero cántabro Antonio López, por un lado, y el obispo de origen gaditano Urquinaona, por otro, dio lugar al cambio de nombres en ambas plazas. Y en ambas plazas, finalmente, se ubicará en distintos periodos la sede central de Telégrafos.

 

 

Ocho años después de su instalación en la vieja plaza de San Sebastián (para entonces ya de Antonio López) cambiará de nuevo su emplazamiento. El decreto de 1884 por el que se reserva el Estado el servicio telefónico está detrás de ello, ya que será el Cuerpo de Telégrafos el encargado de su gestión y sus necesidades serían, con seguridad, diferentes.

A tal efecto, la Jefatura publica anuncios en la prensa demandando local adecuado. El elegido será la casa del Marqués de Ciutadilla (fig.8), construida en 1883 en la plaza de Urquinaona. Allá se llevará el material telefónico que por entonces estaba en un almacén de San Andrés del Palomar y, asimismo, se trasladará la propia oficina central de Telégrafos, comenzando a prestar servicio en esta nueva ubicación el 29 de junio de 1885.

 

El edificio, ya desaparecido, daba a la ronda de San Pedro por un lado, y a Ausiàs March por otro. La fachada que presentaba a la plaza tenía la línea quebrada para adaptarse al plan Cerdà, trazado que conserva el actual.

Ronda de la Universidad 17

En 1895, diez años después, de nuevo Telégrafos se traslada. El edificio elegido ahora es Ronda de la Universidad 17, esquina con Balmes. Y aquí permanecerá hasta 1929, el año de la Exposición Universal, que entre otros cambios en la ciudad traerá un nuevo edificio para Correos y Telégrafos.

 

 

La Sala de Aparatos quedó en la planta baja, y en ella se colocaron tres mesas capaces para 34 aparatos Morse; un aparato sistema Dúplex; 4 aparatos impresores «Hughes», y todos los demás complementarios.

La operación, desde la búsqueda de local hasta el traslado e instalación, fue dirigida por el Jefe de Centro don Fernando Saura, quien moriría al año siguiente. En sus honras fúnebres, según recogió la prensa, además de distintas personalidades, desfilaron una sección de ordenanzas de Telegrafos y otra de Correos con hachones encendidos.

 

 

En Ronda de la Universidad 17 se encontraba también la oficina del Cable (o Cable Vía Bilbao y Marsella en otras fuentes), delegación en Barcelona de Spanish Telegraph Company Limited. Posiblemente esa convivencia se diera en las tres sedes anteriores, ya que la mencionada empresa británica tenía la concesión en España para telegramas internacionales por cable submarino desde 1872. La oficina del Cable se encontraba exactamente “...entrando por el corredor, tercera puerta a mano derecha”

A pesar de que la central de Teléfonos se separo de la de Telégrafos pasando a la calle Aviñó 13, el espacio debió ser insuficiente con el paso del tiempo, ya que algunos negociados de Telégrafos se ubicaron en otro edificio próximo, en Pelayo 1

 

 

En la Ronda se da el primer caso que conocemos en Barcelona de seguimiento telegráfico de un acontecimiento deportivo, un precedente de las cabinas télex temporales, con las que se atenderán todo tipo de eventos a partir de los años 60 del pasado siglo.

En 1926 se celebró en Barcelona el enfrentamiento de Copa Davis entre Hungría y Argentina y la agencia de noticias norteamericana United Press instaló una línea telefónica desde el Real Club de Tenis hasta la central de Telégrafos para enviar a Estados Unidos, a la sazón detentador de la Copa, los resultados que se iban produciendo en los partidos.

Retorno a Antonio López

Desde 1909 existía la voluntad política de un nuevo edificio. En 1912 se publica el proyecto pero acabará demorándose hasta los años 20. En unos casos se hablará de la Casa de Correos y Telégrafos y en otros de Palacio de Comunicaciones.

El edificio se termina en 1927, año en que es recibido por el Ayuntamiento. Transcurrirá más de otro año (diciembre de 1928) para que el Ayuntamiento lo entregue al Estado y no será hasta 1929 cuando acaben instalándose tanto Correos como Telégrafos, a pesar de las peticiones de la sociedad barcelonesa para haberlo hecho antes, dada, al parecer, la precaria situación en que se encontraban los servicios

 

Para entonces ya ha desaparecido de la plaza el edificio que fue viejo convento y posible sede de Telégrafos y el nuevo será el que llegue hasta los tiempos actuales con un cambio en su aspecto externo, leve pero curioso: La corona que culminaba el escudo del frontispicio era de bronce, hueca y grácil y fue retirada al proclamarse la República (fig.12).

Pasada la Guerra Civil se añadió una nueva, de piedra, maciza y más tosca que la primera, que es la que ha llegado hasta nuestro días.