El próximo día 10 de Diciembre se cumplen 75 años de la finalización de las Conferencias Internacionales de Madrid que dieron pie a la creación de la U.I.T.
Desde el día 3 de Septiembre al día 10 de Diciembre del año 1.932, se celebraron la XIII Conferencia de la Unión Telegráfica Internacional (UT.I.) y la IV Conferencia de Radiotelegrafía Internacional (U.R.I.). En estas reuniones se acordó unificar las dos instituciones en una sola organización y con ello a la creación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (U.I.T.)
La idea de celebrar en 1932 en Madrid simultáneamente las Conferencias Internacionales de Telegrafía y Radiotelegrafía surgió en el Congreso de Telegrafía de París de 1.925 y en el Congreso de Radiotelegrafía de Washington de 1927, donde se aceptó la posibilidad de una fusión de los dos Convenios existentes en uno único. En dicho Convenio se refundió la legislación que regulaba la explotación de las comunicaciones con y sin hilos.
La sesión inaugural se celebró en el Palacio del Senado el día 3 de septiembre bajo la presidencia del Jefe del Gobierno, D. Manuel Azaña, y la asistencia de los Ministros de Hacienda, Gobernación y Marina. Se designó al Ministro de la Gobernación, Casares Quiroga, como Presidente de las Conferencias, Vicepresidente al Subsecretario de Comunicaciones Galarza y el Director General de Comunicaciones Sastre Picatoste, telegrafista, sobre el cual pivotó la mayoría de las reuniones, dado que los Ministros y Jefe de Gobierno eran figuras representativas exclusivamente.
El 17 de Agosto de 1.932 se constituyó la amplia delegación española, dirigida por el citado telegrafista y Director General D. Miguel Sastre Picatoste, aunque la Junta Preparatoria inicia los trabajos encomendados el año 1931, ya que por decreto de 27 de noviembre del mismo año se nombró dicha Junta Preparatoria de las Conferencias integrada por dos secciones, telegráfica y radiotelegráfica.
La Junta preparatoria estuvo compuesta por representantes de la Administración telegráfica, Direcciones de Aeronáutica civil, Marruecos y Colonias e Instituto Geográfico, Ministerios de Estado, Guerra, Marina y otras entidades oficiales y privadas, que estudiaron y redactaron diversas enmiendas y proposiciones, que se someterían a la deliberación de la Asamblea, referentes a los servicios telegráficos y radiotelegráficos.
Las proposiciones referentes a la telegrafía afectaban a modificaciones de las tasas, lenguaje convenido y Reglamento. En cuanto a la Radiotelegrafía, España presentó un estudio que abarcaba los puntos técnicos y administrativos sobre los que se pronunciaría el Congreso.
La Asociación de Amigos del Telégrafo de España, rinde homenaje al Telégrafo y a la creación de la U.I.T. (Unión Internacional de las Telecomunicaciones) con dos trabajos realizados por nuestro Presidente Sebastián Olivé y la Directora del Museo Postal y Telegráfico y miembro de esta Asociación Victoria Crespo.
Madrid 1932: Los telegrafistas en la Asamblea de la Unión Telegráfica Internacional.
La Unión Telegráfica Internacional.
La Unión Telegráfica Internacional (UTI) se creó en París en 1865 para facilitar el intercambio de la correspondencia telegráfica dentro de la naciente red europea. Los países integrantes unían sus redes y establecían un sistema de compensación de las tasas percibidas por los telegramas que se intercambiaban entre las diferentes Administraciones.
Para ello se firmó un Tratado solemne (al que se denominó Convenio) que fue ratificado por los Parlamentos de los países asociados. La firma del Tratado correspondió al Embajador, en representación de España pero, dadas las características técnicas de su contenido, fue asesorado por profesionales cualificados. Como tales asistieron el Director general, Salustiano Sanz (1) y el telegrafista Ignacio Hácar (2).
Entre los acuerdos adoptados estaba el renovar el Tratado periódicamente, cuando los avances técnicos u otras circunstancias lo requirieran. Hay que tener en cuenta que eran los primeros pasos de la telegrafía y se estaban estableciendo las reglas generales del servicio telegráfico. Como curiosidad, y como ejemplo de ello, en aquellos primeros tiempos no se admitían los telegramas urgentes porque “se consideraba un privilegio” de los que podían pagarlos y en las discusiones costó convencer a todos “que esta prevención no emana así del comercio, ni de la prensa, ni de la clientela habitual del telégrafo, sino de las propias Administraciones; resulta un simple escrúpulo platónico de los legisladores”.
Hubo una segunda Conferencia en Viena en 1868, para la cual se nombró representante técnico al que había sido fugazmente Director general, Tomás Rodríguez Rubí, pero fue nombrado ministro y no acudió a Viena. El representante “profesional” fue el telegrafista Lucas Mariano de Tornos. En esta Conferencia se aprobó la creación de una Oficina permanente de la Unión, que se encargaría de coordinar los intercambios de datos económicos entre las Administraciones y que estaría en Berna, tutelada por la Administración suiza. Además se creó una revista mensual, el “Journal Telegraphique”, para difundir noticias técnicas y administrativas sobre el telégrafo.
En 1871 se celebró la tercera Conferencia en Roma, no acudió el Director general y el representante español fue el telegrafista Hipólito Araujo Sánchez. Una cuarta Conferencia se celebró en San Petersburgo en 1875. En España, la Restauración había sosegado la situación de la Administración y a esta Convención acudió el Director general Gregorio Cruzada Villamil y los telegrafistas Lucas Mariano de Tornos y Francisco de Paula Vázquez.
En San Petersburgo se pudo constatar que la Unión Telegráfica Internacional estaba plenamente asentada, tenía unos órganos permanentes que funcionaban sin problemas y, por ello, decidieron que no eran necesarias las renovaciones solemnes de los Tratados para darles continuidad. Se estableció que el Convenio formal, ratificado por los Parlamentos, se mantuviera con los principios básicos de los acuerdos generales, y que se hicieran reuniones periódicas, pero solamente con los representantes técnicos, para ir poniendo al día los aspectos profesionales. A estas Conferencias de los representantes técnicos se las denominó “Conferencias Administrativas” y se les encargó la confección de los “reglamentos” que facilitaran el funcionamiento.
La UTI fue el primer sistema de cooperación internacional de alcance mundial. Los países europeos y sus extensos dominios coloniales formaron parte de la Unión y aceptaron sus normas, pero los Estados Unidos de América, que solamente estaban conectados con el resto del mundo a través de cables submarinos gestionados por empresas privadas, dejaron que esas empresas negociaran con la UTI las formas de conexión y el sistema de tarifas, pero no se implicaron como Estado en la firma de los Convenios.
A principios del siglo XX empezaron a establecerse, gracias a la radio recién inventada, conexiones de “telegrafía sin hilos” (TSH) y ello creó necesidades y problemas de interconexión entre las Administraciones telegráficas de naturaleza muy diferente de las telegráficas o telefónicas por hilos y cables. Marconi quiso rentabilizar su invento estableciendo un monopolio de los enlaces radiotelegráficos, pero otros inventores tenían sus propios aparatos y costó llegar a unos acuerdos generales.
Para conseguirlo Alemania convocó en Berlín, en 1906, una Conferencia Radiotelegráfica, con las Administraciones y Empresas privadas explotadoras de radiotelegrafía, donde se aprobaron las primeras reglas para las comunicaciones a través de la radio. Y para consolidar la organización administrativa de la Conferencia Radiotelegráfica que acababa de nacer, se aprobó que fuera la Oficina de la UTI de Berna el órgano que gestionara la parte económico administrativa de las comunicaciones radiotelegráficas. De este modo, desde 1906, existían dos organizaciones “gemelas” que se encargaban, por separado, una de la telegrafía (y de la telefonía) a través de cables y líneas de hilos “físicos” y la otra de la telegrafía a través de la radio.
Desde el punto de vista de los telegrafistas, que aquí se pretende resaltar, la asistencia a las Conferencias Administrativas generalmente se confiaba a los funcionarios que estaban a cargo del Negociado Internacional y sólo excepcionalmente asistió a ellas algún Director general. Pero en este aspecto (como en otros de más trascendencia) los telegrafistas se dolían de que los Directores generales no fueran técnicos que pudieran discutir y defender posiciones que podían convenir técnicamente a la Administración telegráfica española.
La “telecomunicación”.
Cuando finalizó la Primera Guerra Mundial, hacia 1920, se apreció que el sistema de comunicaciones estaba cambiando y podía comprobarse que la radio avanzaba espectacularmente, la telefonía iba más despacio y la telegrafía apenas se movía. Pero al establecer normas para las comunicaciones “eléctricas” ya tenían que tenerse presente las tres modalidades, debía hablarse ya de telecomunicación en general.
Hacia 1920, tanto los Estados Unidos, que encabezaban a los países que habían ganado la guerra, como la Sociedad de Naciones recién creada, iniciaron gestiones para crear una Unión que fundiera la Telegráfica y la Radiotelegráfica existentes.
En 1925 se convocó la Conferencia Administrativa de la UTI en París y en ella se propuso que se convocaran en el mismo lugar, y al mismo tiempo, las Conferencias de Plenipotenciarios para las Uniones Telegráfica y Radiotelegráfica, con el fin de intentar constituir una Unión que comprendiera los problemas conjuntos de las telecomunicaciones.
En 1927 se reunió en Washington la Conferencia Administrativa Radiotelegráfica, a la que el gobierno de Estados Unidos quiso dar la mayor repercusión posible con la intervención del Presidente Coolidge y del Ministro de Comercio, y futuro Presidente, Hoover, y con la asistencia de delegados de 80 países y más de 60 Compañías de radio, cables y fabricantes de equipos. La Conferencia aprobó una propuesta igual a la acordada en la Conferencia de París. España presentó la invitación para que el acontecimiento de la reunión conjunta de las Conferencias tuviera lugar en Madrid en 1932. Se aceptó el lugar y la fecha y en una posterior Conferencia Administrativa de la UTI, en Bruselas en 1928, se ratificó.
Las circunstancias políticas en España.
A primeros del mes de Septiembre de 1932 se abría, en Madrid, la sesión inaugural de las Conferencias de la Unión Telegráfica Internacional y la Unión Radiotelegráfica Internacional, que acabaría siendo la Conferencia fundacional de la “Unión Internacional de Telecomunicaciones” por la integración de aquellas.
La invitación la había formulado el gobierno del rey Alfonso XIII, quien personalmente agradeció la decisión de escoger Madrid para tan importante reunión con un telegrama al Embajador de España: “Enterado con satisfacción acuerdo Conferencia Internacional Radiotelegráfica de celebrar próxima reunión en Madrid; presente saludos en mi nombre a los Señores Delegados, participándoles el placer que tendré de recibirles en 1932 en esta capital – Alfonso”, pero en cinco años habían variado radicalmente las circunstancias políticas, y ya no fue el Rey sino el Presidente del gobierno de la República el que tuvo que recibir a los congresistas. El cambio de régimen no afectó a la invitación que España, como Estado, había hecho y, una vez mas, el funcionamiento de la UTI se independizaba de las circunstancias políticas.
Desde el punto de vista de los telegrafistas, el advenimiento de la República había abierto un amplio programa de reivindicaciones. La principal era, sin duda, el rescate de la explotación del servicio telefónico que la Dictadura había concedido, como monopolio, a la Compañía Telefónica. Pero también se reivindicaban las concesiones de los enlaces de radio concedidos a diferentes compañías e, incluso, la gestión de las concesiones radiofónicas que entonces emergían con fuerza.
El primer Gobierno de la República había creado el Ministerio de Comunicaciones y había designado a un telegrafista como Director general de Telégrafos y Teléfonos. Durante dos meses había sido Director general Mateo Hernández Barroso y cuando se inauguró la Conferencia lo era otro telegrafista, Miguel Sastre Picatoste.
Aunque en temas de radiocomunicaciones el papel de Telégrafos había sido marginal, porque habían sido los militares los que tenían las instalaciones principales, la organización de las Conferencias se preparó en la Dirección general de Correos y Telégrafos y se continuó con el Ministerio de Comunicaciones.
El jefe de la amplia delegación española en las Conferencias fue el Director general, Miguel Sastre.
En la primera sesión de las Conferencias se designó, protocolariamente, Presidente de las Conferencias al ministro de la Gobernación Casares Quiroga y Vicepresidentes al Subsecretario de Comunicaciones Galarza y al Director general Sastre. El Ministro y el Subsecretario apenas presidieron algunas sesiones, por lo que el Director general de Telégrafos fue el que las presidió regularmente. Fue la primera vez que un telegrafista español estaba presidiendo una asamblea internacional de tanta importancia.
Cuando el Director general no estaba presente (lo que ocurriría a menudo, dado que se celebraban simultáneamente las dos Conferencias) actuaban como jefes suplentes de la delegación española otros dos telegrafistas: Gabriel Hombre en la Conferencia Telegráfica y Ramón Miguel Nieto en la Radiotelegráfica.
LXXV Aniversario de las Conferencias Internacionales Telegráfica y Radiotelegráfica celebradas en Madrid en 1932 (Mª Victoria Crespo Gutierrez, Directora del Museo Postal y Telegráfico y miembro de la Asociación)
Del 3 de septiembre al 10 de diciembre de 1932 se celebraron en Madrid, simultáneamente, las Conferencias Internacionales de Telegrafía y Radiotelegrafía, la XIII Conferencia de la Unión Telegráfica Internacional (UTI) y la IV Conferencia de Radiotelegrafía Internacional (URI). Celebramos, durante este año 2007, el 75 Aniversario de este magno acontecimiento de las Telecomunicaciones, la creación de la UIT, Unión Internacional de Telecomunicación.
La idea de la celebración de estas conferencias surgió en el Congreso de Telegrafía de París de 1925 y en el Congreso de Radiotelegrafía de Washington de 1927, donde se aceptó la posibilidad de una fusión de los dos Convenios existentes en un único Convenio. En dicho Convenio se refundió la legislación que regulaba la explotación de las comunicaciones con y sin hilos.
Las Conferencias Internacionales Telegráfica y Radiotelegráfica de Madrid marcaban un hito en la historia de la Telecomunicación, al celebrarse, por primera vez, dos conferencias técnicas de tanta trascendencia, de forma simultanea. Las Conferencias perseguían dos finalidades: o tratar de revisar el Convenio o revisar el Reglamento.
Los Convenios son verdaderos tratados políticos y contienen las bases fundamentales que los estados se comprometen a poner en vigor en sus relaciones internacionales, son como las constituciones de los pueblos. El Convenio de Telegrafía vigente hasta la Conferencia Telegráfica de Madrid databa de 1875 y se aprobó en San Petersburgo y el de Radiotelegrafía se había aprobado en Washington en 1927.
Los Reglamentos desarrollan los principios establecidos en los Convenios. Así pues, se sobreentiende que, sin necesidad de que éstos varíen, los Reglamentos deben renovarse de cuando en cuando, a medida que el progreso de la técnica de la Telegrafía, Telefonía y Radiotelegrafía lo hicieran preciso. Por ello se había revisado el Reglamento telegráfico en Bruselas en 1928 y el Radiotelegráfico en Washington en 1927.
La prensa de la época resalta la importancia de las Conferencias en distintos órdenes:
En el orden político, la importancia de los Convenios, puesto que son compromisos de Estado. Uno de los puntos que se iban a tratar era la incorporación de los Estados Unidos, Méjico y otros países importantes a la Unión Telegráfica que, hasta la fecha, no se había podido realizar y por el que la Conferencia de Madrid del 1932 podía pasar a la historia.
En el orden social, la compleja legislación relativa a la admisión y curso de los telegramas y radiotelegramas de tanta influencia entonces en el mundo de los negocios y en el resto de usuarios de este medio de transmisión.
En el orden técnico, ya que la telecomunicación se sirve de la serie de elementos que la ciencia y la industria crean y perfeccionan sin cesar, por lo que es necesario armonizar las relaciones entre países.
Un aspecto que interesaba al gran público era la Telegrafía sin Hilos. Debido a la rapidez con la que se fueron multiplicando las estaciones de radio era necesario establecer una reglamentación para evitar perturbaciones.
Siendo así, que si dos emisoras próximas de igual o parecida potencia y longitudes de onda trabajaran simultáneamente las estaciones receptoras sólo captarían logomaquias. Por tanto, si no existiera la reglamentación, la radiodifusión sería imposible, sobre todo para los propietarios de radio de galena o sencillos aparatos de lámpara.
Junta Preparatoria de las Conferencias
Por decreto de 27 de noviembre de 1931 se nombró la Junta Preparatoria de las Conferencias, integradas por dos secciones: telegráfica y radiotelegráfica. La Junta preparatoria estaba formada por representantes de la Administración telegráfica, Direcciones de Aeronáutica civil, Marruecos y Colonias e Instituto Geográfico, Ministerios de Estado, Guerra, Marina y otras entidades oficiales y privadas, que estudiaron y redactaron diversas enmiendas y proposiciones, que se someterían a la deliberación de la Asamblea, referentes a los servicios telegráficos y radiotelegráficos.
Por lo que se refiere a la Telegrafía, las proposiciones de la Junta Preparatoria afectaban a modificaciones de las tasas, lenguaje convenido y Reglamento. En cuanto a la Radiotelegrafía, España presentaría un estudio que abarcaba los puntos técnicos y administrativos sobre los que se pronunciaría el Congreso. Para hacer frente a las Conferencias, las Cortes aprobaron un crédito de 400.000 pesetas.
Entre los 15 delegados de esta Junta Preparatoria y representante de la Administración Telegráfica, enmarcada en el Ministerio de Comunicaciones y perteneciente a la Dirección General de Telecomunicación, destaca Cesar María Nieves Guardiola, Oficial de primera del Cuerpo de Telégrafos.
Cesar Nieves, nacido en Tarragona en 1895, ingresó con 18 años en 1915 en el Cuerpo de Telégrafos y, por sus conocimientos técnicos, ya que se encontraba destinado en la Sección de Tráfico Internacional y por su manejo del idioma francés del que era profesor políglota en Telégrafos desde 1921, fue un miembro muy valioso y fundamental en los trabajos de esta Junta.
El 16 de diciembre de 1931 el Jefe de Personal de la Dirección General de Telecomunicación nombra a Cesar Nieves Guardiola Vocal de la Junta Preparatoria para las Conferencias Internacionales Telegráfica y Radiotelegráfica.
Al finalizar las Conferencias de Madrid de 1932 y fruto de sus conocimientos adquiridos, publica con José Garrido la obra titulada Telegramas y Radiotelegramas Internacionales. Dicha publicación fue enviada a sus colegas telegráficos de otros países, debido a su interés.
Desde 1932 Cesar Nieves participó como Jefe de Tráfico Telegráfico Internacional y Jefe de la Delegación Española en las Conferencias Internacionales de mayor prestigio y representando siempre al Gobierno de España, como fueron: la XI Asamblea Plenaria del Comité Consultivo Internacional Telefónico, celebrada en Copenhague del 1 al 20 de junio de 1936 y en la V Asamblea del Comité Consultivo Internacional de Comunicaciones Telegráficas de Varsovia que tuvo lugar del 3 de octubre al 26 de octubre de 1936.
Delegación española
La Delegación española se constituyó el 17 de agosto de 1932, bajo la presidencia del Director General de Telecomunicación, Miguel Sastre Picatoste, con los siguientes miembros del Cuerpo de Telégrafos destinados en la Dirección General de Telecomunicación para la Conferencia de Telegrafía, todos ellos como delegados del Gobierno para la Conferencia Telegráfica:
Don Gabriel Hombre Chalbaud, Jefe de la Sección de Tráfico Internacional y jefe de la Delegación en ausencia del Director General.
Don Pedro Gamir y Martínez y Martínez Santizo, Jefe de la Sección de Comprobación del Servicio Internacional.
Don Tomás Palencia de la Torre, Jefe de Negociado.
Don José Garrido Moreno, Jefe de Negociado.
Don José María de Espona y Puig, . Jefe de Negociado.
Don Emilio Andrés y Martínez, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Cesar María Nieves Guardiola, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Buenaventura de las Peñas y Gismero, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Francisco Lluch y Cuñat, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Se designaron también los siguientes delegados para la Conferencia Radiotelegráfica:
Don Miguel Sastre Picatoste, Director General de Telecomunicación y Jefe de la Delegación. Don Ramón Miguel Nieto, Jefe de la Sección de Ingeniería y jefe de la Delegación en ausencia del Director General.
Don Pedro Regueiro y Ramos, jefe de la Sección de Radiocomunicación.
Don José Maria Ríos Purón, Jefe de Negociado.
Don Buenaventura de las Peñas y Gismero, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Luis Cáceres y García, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Próspero Santamaría y Temiño, Oficial Administrativo.
Comité de Recepción
Para la organización y preparación de ambas Conferencias, la Administración Española nombró un Comité de Recepción constituído por los siguientes miembros:
Don Manuel Balseiro Cámara, Presidente y Jefe de Administración del Cuerpo de Telégrafos. Don José Garrido Moreno, Jefe de Negociado del Cuerpo de Telégrafos.
Don Virgilio Soria Montenegro, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Don Francisco Lluch y Cuñat, Oficial del Cuerpo de Telégrafos y
Don Francisco Moñino y Benitez Cano, Secretario, Oficial del Cuerpo de Telégrafos.
Dicho Comité publicó un folleto titulado Instrucciones para los Congresistas en el que se hacían constar los detalles relativos a la organización de los servicios, régimen de trabajo de las Conferencias, reuniones, excursiones, actos sociales en honor de los Congresistas, etc.
Cada delegado recibía a su llegada a la Conferencia un carnet acreditativo que debía llevar en todo momento para su identificación y para poder hacer uso de todos los servicios. Asimismo, disponía de un casillero donde, con 48 horas de anticipación, se le informaba de cualquier acto programado y se le incluía la correspondiente invitación.
Los Congresistas tenían la posibilidad de conocer el patrimonio cultural español visitando de forma gratuita los siguientes Museos: Museo Nacional del Prado, de Arte Moderno, Reproducciones artísticas, Cerralbo, Sorolla, Arqueológico Nacional y Bellas Artes. También tenían acceso a centros de ocio de prestigio como el Círculo de Bellas Artes o el Casino de Madrid.
Las oficinas del Comité se encontraban ubicadas en el Palacio del Senado, junto al resto de las oficinas de las Conferencias, donde los congresistas podían utilizar, de forma gratuita, los servicios postales, telegráficos y telefónicos e, incluso, la utilización gratuita de los metros y tranvías madrileños
Delegados para las Conferencias
Los Congresistas asistentes a las Conferencias Internacionales no son simples viajeros de todo el mundo que acuden a Madrid, sino que vienen provistos de plenos poderes para discutir y aprobar determinadas leyes de carácter internacional. Los trabajos de estos delegados no tienen que ver con los delegados de otros Congresos, en los que su participación es sólo informativa, pues las conclusiones de los delegados de las Conferencias Internacionales Telegráfica y Radiotelegráfica, no tienen por qué pasar a la esfera de sus gobiernos.
Podemos decir que en las Conferencias de Madrid de 1932 participaron, aproximadamente, 570 delegados, además del personal auxiliar y de los 16 funcionarios enviados por la Oficina Internacional de Berna con su Director, Dr. Räber. La oficina Internacional había quedado instalada, el 24 de agosto de 1932, en el Palacio del Senado. Estaba dividida en dos secciones y tenía a su cargo la redacción de documentos preparatorios de las Conferencias, nombramiento de Comisiones, etc. Todos ellos venían a trabajar, pero también a conocer nuestro país.
Los países y colonias que tuvieron delegación fueron 90 y 91 las compañías que enviaron representantes.
Entre las delegaciones más numerosas: Alemania con 19 delegados, Bélgica con 6, Dinamarca con 10, Estados Unidos con 30, Francia con 30, Inglaterra con 17, Italia con 16, Japón con 20, Países Bajos con 11, Polonia con 11, Portugal y Colonias con 15 , Suecia con 10 y Rusia con 12. Además de estas representaciones oficiales, compañías y entidades privadas, enviaron su representación: la “Américan Telephone and Telegraph Company”, 6 personas; “Compañías Francesas de TSH”, 11; “Imperial and Internacional Communication”, 9; “Marconi Internacional Marine Communication Company”, 7; “Cámara Internacional del Comercio, 11; “Internacional Shipping Conference”, 14 y “Unión Internacional de Radiodifusión”, 20.
También asistieron a las Conferencias: diez ministros, quince directores generales y doce diplomáticos.
Inauguración
La sesión inaugural se celebró en el Palacio del Senado el 3 de septiembre a las once de la mañana, con toda la solemnidad que el acto requería. Estuvo presidido el acto por el Jefe de Gobierno, Manuel Azaña quien estuvo acompañado por Jaime Carner -Ministro de Hacienda-, Santiago Casares -Ministro de Gobernación-, José Guiral -Ministro de Marina-, Angel Galarza -Subsecretario de Comunicaciones- y Miguel Sastre Picatoste -Director General de Telecomunicaciones.
Se encontraban además en el estrado: el director de la Oficina internacional de Berna, -Dr. Räber-, el decano de las Conferencia y jefe de la Delegación Francesa -Mr. Gauthier-, el secretario general del Comité Consultivo Internacional de Comunicaiones a distancia, los Secretarios Generales y los Secretarios de las Conferencias.
El discurso inaugural fue pronunciado por el Jefe del Gobierno, Manuel Azaña y contestado por el decano de las Conferencias, Mr. Gauthier y, a continuación, se designaron: al Ministro de la Gobernación, Casares Quiroga, como Presidente de las Conferencias; Vicepresidentes, el Subsecretario de Comunicaciones Galarza y el director general de Comunicaciones, Sastre Picatoste.; Vicepresidentes suplentes de la Conferencia Telegráfica, Hombre y Gamir y Vicepresidentes suplentes de la radiotelegráfica, Nieto, Hernández Quintana y Cal.
Sesiones plenarias
El día 5 de septiembre se celebró la primera sesión plenaria de la Conferencia Telegráfica, presidida por el Ministro de la Gobernación, y se procedió a la aprobación del Reglamento Interior de la misma, que se había basado en un proyecto, previamente establecido por la Administración Española. A continuación, se designaron las siguientes comisiones y países:
Convenio: Presidencia, España; Vicepresidencia, Indias Británicas y Suiza.
Reglamento: Presidencia, Inglaterra; Vicepresidencia Argentina y Polonia.
Tarifas: Presidencia, Italia; Vicepresidencias, Africa del Sur y Turquía.
Teléfonos: Presidencia, Luxemburgo; Vicepresidencias, Hungría y Portugal.
Redacción: Presidencia, Francia; Vicepresidencia, Suiza.
Gestión de la Oficina Internacional: Presidencia, Checoslovaquia; Vicepresidencia, China. Verificación de poderes: Presidencia, Colombia; Vicepresidencia, Finladia.
A continuación se nombraron los países que formarían parte de cada comisión.
La Conferencia Radiotelegráfica celebró su sesión plenaria el 6 de septiembre que estuvo presidida por el Subsecretario de Comunicaciones, Angel Galarza y se constituyeron las siguientes comisiones:
Convenio: Presidencia, España; Vicepresidencias, Suiza, Indias Británicas y Canadá. Reglamentos: Presidencia, Alemania; Vicepresidencias, Noruega y Países Bajos.
Tarifas y Tráfico: Presidencia, Rusia; Vicepresidencias, Dinamarca y Rumanía.
Técnica: Presidencia, Estados Unidos; Vicepresidencias, Polonia y Checoslovaquia.
Redacción: Presidencia, Túnez; Vicepresidencia, Congo Belga.
Gestión de la Oficina Internacional: Presidencia, Africa Occidental Francesa; Vicepresidencia, Japón.
Verificación de poderes: Presidencia, México; Vicepresidencia, Cuba y Perú.
De la misma forma que en la Conferencia Telegráfica, se designaron los países que integraron estas comisiones.
Homenaje a Samuel Morse
A propuesta de la Delegación Alemana, el día 19 de octubre de 1932, en la Sala de reuniones plenarias del Senado de Madrid, tuvo lugar una ceremonia homenaje a la memoria de Samuel Morse, y su aportación a la Telegrafía Eléctrica. Asistieron los delegados de todos los países miembros de las Conferencias. En este acto se puso de manifiesto el agradecimiento y la devoción de todos los congresistas con este inventor.
Presidieron la sesión el Subsecretario de Comunicaciones, Angel Galarza que pronunció un discurso sobre la figura de Samuel Morse, el Jefe de la Delegación Alemana, M. Giess que dedicó unas palabras al sistema morse y su trascendencia y cerró el acto el Jefe de la delegación de Estados Unidos, M. Sykes, agradeciendo las palabras de sus antecesores sobre su compatriota Samuel Morse
El Convenio
El Convenio consta de 5 capítulos desarrollados a lo largo de 40 artículos:
En el preámbulo del Convenio se dice que es un tratado entre Estados, cuando indica:”los plenipotenciarios de los Gobiernos estando reunidos en la Conferencia de Madrid, de común acuerdo y bajo reserva de ratificación han concertado el Convenio”.
Capitulo I Organización y Funcionamiento de la Unión. (artículos 1 a 17).
De entre ellos, merecen especial mención:
Artículo 1. Constitución de la Unión.
La unión pasó a denominarse Unión Internacional de Telecomunicaciones, nombre que se ha mantenido desde entonces. Sin embargo, la denominación fue objeto de discusión ya que, unos querían mantener la palabra Telégrafo en el nombre y otros querían un vocablo que designara los tres medios de comunicación
Artículo 2. Reglamentos.
Este artículo es importante en cuanto a que dice expresamente que las disposiciones de este Convenio se completan con los Reglamentos: Telegráfico, Telefónico y de Radiocomunicaciones que no obligan más que a los Gobierno contratantes que se comprometen a aplicarlos y sólo bis a bis con los Gobiernos que han adquirido el mismo compromiso. La firma de uno al menos de los Reglamentos, es obligatorio para los firmantes del Convenio.
Esta fórmula era aplicable al caso de Estados Unidos que no firmó los Reglamentos Telegráfico y Telefónico.
Artículo 9. Comités Consultivos Internacionales.
Estos Comités eran: Comité Consultivo Internacional Telegráfico(CCIT), Comité Consultivo Internacional Telefónico (CCIF), Comité Consultivo Internacional de Radiocomunicaciones(CCIR) que, de forma genérica, se apunta que su función consiste “en estudiar cuestiones relativas a las telecomunicaciones”. Son miembros de los Comités Consultivos desde su Creación las Administraciones de los países miembros de la Unión y Empresas privadas de explotación reconocidas.
Artículo 17. Oficina de la Unión
El artículo expone las funciones de la oficina de la Unión y, en cuanto a las finanzas, establece las cuotas de participación de los distintos países, según su economía para sostener los gastos de dicha oficina. Las cuotas quedan establecidas en 6 categorías desde: primera clase, 25 unidades, a sexta clase, 3 unidades. La elección de cada cuota contributiva por cada país miembro es voluntaria.
La Oficina de la Unión con sede en Berna y bajo la supervisión de la Administración Suiza, fue el antecedente de la Secretaría General.
Capitulo II Conferencias. (artículos 18 a 21).
Artículo 18. Conferencias de Plenipotenciarios y Administrativas.
Su cometido fundamental consiste en revisar “las prescripciones de los Reglamentos anexos al Convenio”.
Artículo 21. Idioma.
En cuanto al idioma, se dispuso que “la lengua empleada para la redacción de las actas de las conferencias y para todos los documentos de la Unión será el francés”.
Quedaba el francés como idioma oficial de la UIT, sin embargo se admitió francés e inglés para los debates y un grupo de intérpretes, que proporcionó la delegación de Estados Unidos, se encargó de traducir todos los documentos al inglés.
Capítulo III Disposiciones de Orden general. .(artículos 22 a 33).
Entre ellos: La Telecomunicación Servicio Público; el secreto de las Telecomunicaciones; las tasas y la franquicia; se mantuvo la prioridad de transmisión de los telegramas y radiotelegramas de Estado; el leguaje secreto; la unidad monetaria, adoptándose el franco-oro con 100 céntimos, con un peso de 10/31 gramos y con una ley de 0,900.
Capítulo IV Disposiciones Generales de Radiocomunicaciones. (artículos 34-39).
Una de las innovaciones de este nuevo Convenio radica en este nuevo capítulo dedicado a las Radiocomunicaciones, con seis artículos dedicados a la intercomunicación, las interferencias, las llamadas de socorro, las señales erróneas o inoperantes de socorro, el servicio restringido y las instalaciones de defensa nacional.
Capítulo V Disposición final. (artículo 40).
Sobre la entrada en vigor del Convenio, el uno de enero de 1934.
El Convenio de Madrid tiene fecha de 9 de diciembre de 1932 y los Delegados que firmaron por parte de España fueron: Miguel Sastre, Ramón Miguel Nieto, Gabriel Hombre, Francisco Vidal, Pedro Gamir, Tomás Fernández Quintana, Leopoldo Cal, Trinidad Matres y Carlos Bordons.
En el anexo del Convenio aparece por primera vez de finido el término “Telecomunicación” como: “Toda comunicación telegráfica o telefónica de signos, señales, escritos, imágenes y de sonidos de toda naturaleza, por hilo, radio u otros sistemas o procedimientos de señalamiento eléctricos o visuales (semáforos)”.
Uno de los asuntos que suscitó más controversia fue el derecho a voto. Debido a que si se concedía voto a las colonias, países como Rusia con 180 millones de habitantes tendría un solo voto y Portugal o Bélgica por ejemplo, tendrían varios votos en las sesiones plenarias. Se llegó a un acuerdo para funcionar en la Asamblea, pero no se redactó en el Convenio ningún artículo sobre el derecho al voto. Se redactó una lista de países y cuantos figuraban en ella podían votar.
Clausura
La sesión de clausura de las Conferencias se celebró el día 9 de diciembre a las cinco y media de la tarde, en el Palacio del Senado. Estuvo presidido por el presidente de la República, el jefe el Gobierno, el ministro de la Gobernación, el subsecretario de Comunicaciones, el secretario general de Comunicaciones, el secretario de la Presidencia de la República y el jefe del cuarto militar del presidente.
En primer lugar, hizo uso de la palabra el decano de las Conferencias, y jefe de la Delegación Francesa, Mr. Gauthier, quien, tras agradecer al Presidente de la República y al Gobierno su presencia y el interés que se había tomado por los trabajos realizados por los congresistas, pronunció un discurso sobre el progreso de los pueblos y el desarrollo del telégrafo y la radio. Hizo constar también, en nombre de los delegados extranjeros, su agradecimiento por las atenciones de que habían sido objeto durante su estancia en España.
A continuación el presidente de la República, Sr. Alcalá Zamora, comenta que, debido a una circunstancia fortuita, no pudo estar presente en el acto de inauguración, celebra estar en el acto de clausura. Sin embargo, manifiesta que lo primordial, después de muchos días de trabajos de todos los delegados unidos, es que los resultados finales son optimistas. Y se despide de los asistentes en la idea de cuando lleguen a sus países sean los mejores valedores de nuestro país, y declara clausuradas las Conferencias.
La Asamblea, seguidamente, celebra su última sesión plenaria y se firman las Actas finales del Convenio Internacional de Telecomunicaciones de Madrid de 1932. Al día siguiente, 10 de diciembre, se firmaron el Reglamento Telegráfico y el Protocolo Final del mismo, anejos al nuevo Convenio.
Actos Sociales
El Comité de Recepción organizó numerosos actos sociales en honor de los Congresistas durante las Conferencias Internacionales. Una vez celebrada la sesión inaugural de los trabajos telegráficos y radiotelegráficos, el día 3 de septiembre, en el Palacio del Senado de Madrid, la Administración española ofreció el día 5 de septiembre, a las 20,30 horas, una cena de gala inaugural en el Hotel Palace de Madrid, a todos los miembros acreditados, quienes debían confirmar su asistencia ante el Comité de Recepción y asistir a la cena con traje de noche o smoking.
El protocolo era muy estricto: todas las invitaciones eran nominativas, estaban redactadas en francés, idioma oficial de la Conferencia, y figuraban en ellas el número de mesa y el lugar que cada comensal debía ocupar en la mesa. Para no dar lugar a equivocaciones, la parte interior de la invitación era el plano de distribución de las mesas y asientos del Salón donde se celebraba la cena en el Hotel.
Finalmente, asistieron a la cena 504 comensales y se montaron 14 mesas, una presidencial de autoridades para 49 altos cargos y otras 13 de igual número, 35 congresistas y sus acompañantes por mesa.
Los miembros de la Junta Preparatoria de las Conferencias, los Jefes de las Delegaciones y autoridades posaron para una fotografía de familia que fue publicada al día siguiente en algunos diarios de la capital.
El 18 de noviembre de 1932 el Secretario General de la Presidencia de la República invitó, por encargo del Presidente de la República, a todos los congresistas a una recepción oficial en el Palacio Nacional, a las 18 horas.
La invitación era unipersonal e intransmisible. En dicha recepción el Presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, reiteró la bienvenida a España a todos los asistentes a las Conferencias, como en su día lo hizo el Jefe del Gobierno en la inauguración oficial.
La Administración española quiso dar a conocer entre los congresistas la música conocida como “género chico” y organizó una velada musical en el Teatro Ideal de Madrid, el día 19 de noviembre, a las 17 horas.
En el concierto actuó la Banda Municipal de Madrid dirigida por el maestro Ricardo Villa, que interpretó, en la primera parte, el Pasodoble de la Dolores de Bretón, Fantasía de la Revoltosa de Chapí e Intermedio de la Boda de Luis Alonso de Jiménez.
En la segunda parte del concierto tuvo lugar una función teatral a base de canciones y cuadros de costumbres populares españolas entre ellos:
- El acto primero de la zarzuela La fama del tartanero.
- El acto segundo de El Huésped del Sevillano.
- Romanza del sainete Los Claveles.
- Canción de Las Espigadoras de la zarzuela La Rosa del Azafrán.
- Canción del ciego del sainete Sole la peletera y por último
- La jota de la zarzuela La sombra del Pilar.
Finalizados los trabajos de las Conferencias, el Comité de Recepción, para poner punto final a los actos sociales, organizó una gran cena de clausura en el Hotel Nacional el día 5 de diciembre, a las 9 horas. En las invitaciones a la cena figuraba impreso el logo de las Conferencias: una gran C y, en su interior, la T de Telegrafía y la R de Radiotelegrafía y, entre ambas, el oso y el madroño del escudo de Madrid y el año 1932.
Los miembros de la Junta Preparatoria de las Conferencias, los Jefes de las Delegaciones y autoridades posaron para una fotografía de familia que fue publicada al día siguiente en algunos diarios de la capital.
Durante los 75 días aproximadamente que los delegados permanecieron en nuestro país, la Administración Española organizó excursiones culturales, en fines de semana, para ellos y sus familias, a lugares cercanos y emblemáticos: Toledo, El Escorial, Salamanca y Aranjuez . Parece que estas excursiones tuvieron mucho éxito de asistentes pues, como anécdota, se sabe que el Comité de recepción siempre tenía preparados 28 autocares aparcados en la Plaza de Cánovas del Castillo de Madrid.
Una visita de carácter técnico fue la organizada por el Director General de la Sociedad Anónima Radio Argentina para conocer los puestos emisor y receptor de Radio Argentina en onda corta situados en los alrededores de Madrid.
El álbum contenía los retratos del Presidente de la República, del Presidente del Consejo de Ministros, del Ministro del Interior y del Subsecretario de Comunicaciones dibujados a carboncillo y además las fotografías de los Delegados en el orden en que se fueron presentando a hacérselas o, en el caso de los delegados ausentes, en el orden de recepción de su fotografía. Sin embargo, algunos no enviaron su fotografía a tiempo y no pudieron ser incluidos.
La publicación recogía, además, fotografías del exterior del Palacio del Senado, de las salas del Senado donde tuvieron lugar las sesiones de trabajo, del Palacio de Comunicaciones edificio en el que se celebraron algunas reuniones, de El Escorial y de otros lugares visitados por los Congresistas.
Dos orlas con todas las fotografías en miniatura de los Delegados asistentes a las Conferencias ponían fin al álbum que cumplía el objetivo de ser un grato recuerdo de la estancia en España de todos los participantes en las Conferencias de Madrid de 1932
Concluyendo, podemos afirmar que las Conferencias internacionales de Telegrafía y Radiotelegrafía celebradas en Madrid en 1932, de las que surgió la Unión Internacional de Telecomunicaciones, marcaron un antes y un después en las telecomunicaciones, sobre todo en lo que se refiere a la cooperación técnica internacional.