Bonnet y Ballester, Enrique (Murcia, 1837 – Cádiz, 1905). Telegrafista del Estado, inventor de aparatos telegráficos y otras aplicaciones de la electricidad y empresario eléctrico pionero.

Había preparado y, al parecer, conseguido el ingreso en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, cuando obtuvo plaza de telegrafista segundo en 1857. Tras diversos destinos buscando la cercanía de su tierra natal y familia, a finales de 1861 fue enviado forzoso a Cádiz, ciudad a la que desde entonces quedaría estrechamente vinculado.

Sus primeros inventos conocidos datan de su paso por la estación del Puerto de Santa María, de la que se encargó en 1864, destacando un aparato Morse que permitía alcanzar una velocidad de transmisión superior en un 50% a la del convencional. La Dirección del Cuerpo se interesó por este «aparato telegráfico acústico-impresor de señales», como se le denomina en el expediente de privilegio de invención iniciado por Bonnet en 1865; hizo instruir personal en su manejo y lo puso en servicio en 1866, pero lo levantó de las líneas al cabo de unos meses, no sin antes haber premiado al inventor, dejándolo cesante con otros muchos colegas para hacer economías.

Repuesto a finales de 1867, en 1874 ensayó con éxito en Madrid un telégrafo óptico nocturno, que fue adquirido por el Ministerio de la Guerra. Según una fuente, en 1876, basándose en informaciones llegadas de los Estados Unidos, replicó y probó en Cádiz teléfonos de Bell. En la Exposición Regional de Cádiz de 1879 presentó «estaciones microtelefónicas, montadas, compuestas de micrófono, teléfono, timbre, llamador y conmutador», patentadas en 1882.

En 1881 fue llamado a Madrid para montar las iluminaciones con que Telégrafos  contribuía a los festejos del centenario de Calderón, quizá su iniciación en el alumbrado eléctrico, al que, junto con la telefonía, se dedicó el taller que regentó en Cádiz. De él salieron, entre otras novedades, balizas luminosas para la señalización marítima (en colaboración con el ingeniero de Caminos Luis La Orden Otaolarruchi) y acumuladores de plomo perfeccionados (patentados en 1884), así como diversas instalaciones, entre las que destacan el alumbrado del Teatro Principal y la red telefónica de Cádiz (18871888), y una fábrica de electricidad en Sevilla (1891). Subdirector de Telégrafos en 1880 y director de tercera en 1890, Bonnet compatibilizó su creciente actividad privada con el servicio, hasta su jubilación «por imposibilidad física» en 1892.